Quinto Grado - Plan Lector - La Cometa
Newlove School
5° Plan Lector
Julio 10 de 2020
La Cometa
A pesar
del tiempo transcurrido, aún recuerdo, como si hubiera sido ayer, lo que
sucedió con Marcial y la cometa. Y la carita de Cirilo no se borra de mi
memoria. Yo vivía en Caraz, "el jardín del
Perú", donde abril, mayo y junio son los meses primaverales. Por esa
temporada se acostumbra salir al campo a corretear libremente, trepar a los
árboles buscar nidos, cazar mariposas e ir a los remansos a volar cometas. Por
eso, en abril de aquel año, pedí a mi papá que me ayudara a confeccionar una
cometa, la mejor cometa del mundo. Tal vez comprendiendo, él me dijo: -Si quieres la mejor cometa, hay que mandar
traer una de la capital. Podemos escribirle a tu tío Andrés. -No, papá. Esa no es la gracia. Quiero
hacerla yo mismo; una cometa grande, poderosa, única, en la que yo ponga un
pedazo de mi propia vida. ¿Me comprendes, no? -Bueno Rodo, si es así, el sábado y el
domingo nos dedicaremos a confeccionar la cometa más hermosa que ojos humanos
hayan visto . . . El domingo, a media tarde, estuvo terminada
la cometa. Tenía la forma de un avión del futuro. Nunca había tenido una cometa
igual. Guardamos el barrilete en la azotea, sobre un cajón grande a la sombra.
Allí se quedaría hasta el jueves, que era el día del paseo. Ese día, cuando llegué al colegio con mi
cometa en las manos, mis compañeros ahogaron un ¡ah! de admiración y se
acercaron para contemplarla mejor. De todo el grupo, también Marcial, Próspero,
Arístides y Elviro traían sus cometas. La de Arístides era bonita, pero no se
igualaba a la mía. Las otras eran pequeñas. Entonces nos dirigimos hacia la
colina. Era un lindo día. Allí, Marcial agarró viento y vió cómo su
pájaro de papel se elevaba. Luego, Elviro. Yo tenía serios problemas; mi cometa
se resistía, no quería agarrar viada. Mientras tanto, Próspero ya sonreía con
la suya corcoveando en el aire. Y los chicos que estaban a mi lado me miraban
interrogantes, se diría que sufrían conmigo. "Tan linda cometa y no puede
volar", parecían decir con sus ojitos desconsolados. Tratando de
serenarme, volví a intentar y, poco a poco, como dándose importancia, fue
tomando viada y se elevó, potente y triunfadora, iluminando las caritas de mis
camaradas que lanzaron hurras y gozaron conmigo. Y, por allí cerca, solamente
Cirilo, el hermanito menor de Marcial, no daba importancia al acontecimiento.
Él estaba ocupado con su propia cometa. Y estaba solo, afanado . . . El viento fue creciendo y mi
hermosa cometa subía cada vez más airosa, alcanzando y pasando a las otras. La
de Arístides, lamentablemente, se enredó en la copa de un eucalipto. Mi cometa
seguía subiendo, pero se acabó el hilo y el barrilete comenzó a dar tumbos, a
encabritarse como potro salvaje, reclamando más cuerda. No supe qué hacer y
busqué la mirada de mi padre. La cometa me arrastraba. Por una fracción de
segundo bajé de las alturas y volví la vista a mi alrededor: me encontraba
sobre una colina pedregosa y cruzada de berrocales; había un deslizamiento que
daba al precipicio y, abajo, el río, turbulento, parecía llamarnos. Como a dos
pasos, Marcial iba retrocediendo, concentrado en su cometa y de espaldas al
barranco. Un paso más y rodaría. No quedaba tiempo ni siquiera para pensar.
Solté la cuerda y, de un brinco, cogí a Marcial, ya casi en el vacío . . .
El chico quedó
sin habla, pálido, asustado; yo, tratando de reponerme; los demás chicos me
miraban incrédulos; y mi padre me acariciaba la cabeza, seguramente
comprendiendo mi drama: -No
es más que una cometa, hijo. Se ha perdido. Los juguetes tienen un destino muy
breve. ¡Marcial está a tu lado, eso es lo más importante! El aludido seguía
mirando el precipicio por donde estuvo a punto de rodar y un par de lágrimas
asomaron a sus ojos; pero sonrió y me abrazó en silencio. En ese momento, se
acercó Cirilo, el hermanito de Marcial, quien, con la frescura de sus seis
añitos, me dijo: -Oye, Rodito, mi cometa no es tan
linda, pero ¡tómala!, ¿ya? . . . No era más que una hoja de cuaderno atada a un
pedazo de hilo, pero fue el regalo más significativo que jamás alguien me pudo
haber dado . . .Teófilo Maguiña (peruano)
Comprensión Lectora
1. Marca
la alternativa correcta:
a. ¿Quién narra la historia?
o Cirilo o Rodo
o El papá de Rodo o Marcial
b. La historia está escrita en:
o presente o pasado
c. ¿Por qué Rodo soltó su cometa?
o Porque no le gustaba
o Porque pesaba mucho
o Porque Marcial estaba a punto de
caer
2. Lee los hechos y ordénalos cronológicamente
numerando del 1 al 6.
( ) La cometa de Arístides se enredó en la copa
de un eucalipto.
( ) Rodo construye una cometa.
( ) Marcial iba retrocediendo con su cometa, de
espaldas al barranco.
( ) Rodo y sus amigos se dirigen a la colina.
( ) Cirilo regala su cometa a Rodo.
( ) Rodo soltó la cuerda y de un brinco sujetó
a Marcial.
3. ¿Qué dificultades tuvo Rodo para hacer volar
su cometa?
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4. ¿Cómo te imaginas la cometa de Rodo?
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5. ¿Qué mensaje podemos rescatar de está
lectura?
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6. Busque el significado de las siguientes
palabras y formula una oración con cada una de ellas.
Remanso :_______________________________________________________
Barrilete :_______________________________________________________
Corcovear :_______________________________________________________
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